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viernes, 29 de marzo de 2024 00:03h.

SUBRAYADO Y DIARIO EL PAíS

El transporte público de Montevideo bajo la lupa

Llegó Uber a Uruguay y en 10 días dejó en evidencia las fallas del sistema de transporte público. El precio, las demoras, los problemas de higiene y comodidad, y la mala disposición de los funcionarios, son algunas de las críticas más comunes. Quienes van al volante tienen sus justificaciones.

Subrayado Investiga: viajar en ómnibus.

En Montevideo se realizan alrededor de 380 millones de viajes al año en ómnibus, siendo el medio más elegido por los ciudadanos para transportarse.

Pero ¿cómo funciona el transporte público en Montevideo?, ¿qué opinan los usuarios?, ¿cuál es la postura de la División de Transporte de la Intendencia de Montevideo?

La directora de transporte de la Intendencia de Montevideo, Beatriz Tabacco, declaró que para mejorar el servicio en horas pico “habría que tener mucha más cantidad de ómnibus, y eso implicaría mucho más costo para el sistema” y que si bien tratarán de aliviar “un poquito” la escasez de lugar en los ómnibus en hora pico, los usuarios “van a viajar más apretados”.


ANDRÉS ROIZEN / TOMER URWICZ / 08 nov 2015

Recién se cumplieron 10 días desde que la compañía estadounidense Uber comenzó a buscar en Uruguay a choferes con auto propio e interesados en registrarse para trabajar en el traslado de pasajeros, pero ya fue tiempo suficiente para poner al transporte público local en la mira y para dejar en evidencia las carencias de un sistema que se abraza al status quo.

En 10 días, esta novedosa pero también polémica aplicación móvil que contacta a pasajeros con conductores semiprofesionales, llevó tanto al gobierno nacional como a los gobiernos locales a repasar antiguas normas sobre el transporte público, y los obligó a analizar la legalidad de una iniciativa de ese tipo. Pero, sobre todo, instaló un amplio debate sobre la calidad del sistema actual y generó nerviosismo entre trabajadores y fundamentalmente empresarios del taxi y del ómnibus, que debieron salir a defender un servicio que ellos dicen que es de gran calidad y hasta de nivel ejemplar, aunque buena parte de la población lo señala por ineficiente y fallido.

"Hay problemas en el sistema de transporte". Así de tajante es la directora de Movilidad de la Intendencia de Montevideo, Beatriz Tabacco. Algunos inconvenientes son de fácil solución: "Para mejorar la higiene basta con que cada empresa limpie y listo", opina la jerarca. En tanto, admite que otras dificultades llevan más tiempo de trabajo.

Pero las empresas de ómnibus y taxis se paran en la vereda de enfrente del diagnóstico de la comuna y se colocan bien lejos de la opinión de miles de ciudadanos que redoblan los calificativos negativos hacia el sistema actual. Para las firmas, el transporte público uruguayo es de buena calidad y requiere de cambios menores.

El tema lleva tiempo en punto muerto, y el "molesto" Uber vino a remover las incómodas quejas de los ciudadanos. En Montevideo, una encuesta contratada por la propia comuna capitalina a mediados de octubre mostró lo complejo del panorama. Según el sondeo, solo el 30% de la población considera que el transporte colectivo en la ciudad es "bueno" o "muy bueno", cifra que representa el porcentaje de aceptación más bajo desde febrero de 2009. En total, el 39% de los encuestados dijo que el transporte es "malo o muy malo".

Incluso el actual intendente, Daniel Martínez, había expresado antes de ser electo: "Un transporte público de calidad es la mejor promesa que podemos hacerle a la población. Es el derecho de todos a moverse con dignidad".

En campaña, Martínez anunció: "En los dos primeros años, por medio de diferentes sistemas de incentivos y estableciendo plazos, eliminaremos el dinero de los ómnibus y taxis (ver cuadro en página 4)". También había hablado de la necesidad de lograr en el corto plazo mejoras en la velocidad de los viajes, en la calidad del servicio, en la limpieza, en el cumplimiento de horarios y en la atención al pasajero, entre otros puntos.

En ese sentido, a comienzos de este mes el intendente dio señales de querer al menos apretar las clavijas en el asunto. Martínez planteó que se estaba trabajando en un proyecto "sin marcha atrás" para lograr que los conductores no escuchen radio en las unidades de transporte colectivo. Según el jefe departamental, esa medida surge porque "casi el 70% de los montevideanos dice: no me preocupa tanto el precio del boleto, me preocupa más el servicio".

Mal viaje.

La Defensoría del Vecino de la capital recibió 46 quejas sobre el transporte en los últimos tres años. En una de ellas, una señora cuestiona los contenidos del programa radial Malos Pensamientos, que conduce Orlando Petinatti y que es un clásico en varias líneas de ómnibus.

El nivel de malestar de los usuarios también se hace sentir a través de las redes sociales o por diversos sitios web en los cuales se publican frecuentemente denuncias y reclamos. El sitio Quejese.com.uy recibió en setiembre 151 reclamos contra ómnibus y taxis. "El ómnibus no se detuvo en la parada" se lleva la mayoría de las quejas con 37 menciones, y luego siguen "la falta de frecuencias" y la "falta de respeto del personal".

En sintonía con esas situaciones, la Defensoría del Vecino de Montevideo reconoce que le llegan planteos vinculados a choferes que hablan por celular mientras manejan, uso de termo y mate o maltrato por parte del personal. Se trata de una realidad que, según la directora Tabacco, "es responsabilidad de los funcionarios y de la gente que se pasa de impertinente".

El liceo 67 pidió que el ómnibus línea 106 de Cutcsa pase con mayor regularidad. Los vecinos de un asentamiento nuevo solicitaron línea de transporte porque deben caminar más de cuatro kilómetros hasta la parada más cercana. Los barrios Nuevo París, La Paloma y Casavalle también reclamaron mayores frecuencias. Esas son algunas de las denuncias que recibió la Defensoría.

Ana María Sánchez, encargada de Defensa del Consumidor, del Ministerio de Economía, afirmó por su parte que el transporte ha estado presente entre las áreas denunciadas, aunque aclaró que no han recibido una gran cantidad de reclamos. Informó que desde 2012 a la fecha se recibieron 72 consultas vinculadas al transporte público, y en lo que va de 2015 se llevan contabilizadas un total de nueve denuncias o quejas.

Entre los problemas que mencionan los usuarios se agregan las condiciones en las que se viaja en las horas pico, la falta de frecuencias los días de paro, la poca información por cambios de recorridos y el incumplimiento de horarios.

"Estas situaciones nos preocupan y se pueden controlar rápido", dice la directora Tabacco. "Es cuestión de cruzar las minutas (la grilla de horarios de cada línea) con los datos del GPS (para saber dónde se encontraba el ómnibus a cada hora) y así saber el grado de cumplimiento y aplicar multas". Hasta ahora no se hizo por errores humanos y de cálculo.

Eso sí: "Aumentar las frecuencias, sobre todo en horas pico donde toda la flota está en las calles, implica un aumento de los costos del sistema", advierte Tabacco. Hace tres meses, cuando aumentó el precio del boleto, parte de la ciudadanía se puso de punta y alegó que Montevideo tiene el transporte más caro de la región (ver recuadro).Por eso la Intendencia pretende reunirse con los empresarios y ver la posibilidad de revisar los números: más del 70% del gasto del boleto corresponde al pago de salarios, de ahí que la eliminación de la figura del guarda (a largo plazo) sea "un proceso inevitable", reconoce.

A diferencia de Uber, un sistema regulado "no se encarga solo del rédito económico, sino que recibe subsidios para aspectos sociales", afirmó Álvaro Santiago, subgerente general de Cutcsa. "Puede que $ 26 parezca caro para alguien que viaja de Pocitos al Centro, pero no lo es para distancias más largas o bien para todos los estudiantes, policías, bomberos y trabajadores que están subsidiados".

El empresario reconoce que hay fallas que ajustar, pero entiende, en contrapartida, que el 95% de los montevideanos tiene una parada de ómnibus a menos de tres cuadras de su casa. Al resto "se intenta llegar, pero no siempre es posible porque a veces ni siquiera hay calles para que ingrese el vehículo".

Con bandera baja.

Entre US$ 95.000 y US$ 115.000 cuesta empadronar un taxi nuevo. Ese es uno de los argumentos más utilizados por los empresarios en la disputa ante Uber. La Intendencia otorgó 360 matrículas de taxis en 1992, y desde entonces hasta el año pasado no hubo ninguna licitación. En 2014 se agregaron 51 vehículos, tres de ellos adaptados para personas con discapacidad. Y este año hubo una nueva convocatoria para coches eléctricos, a la que se presentaron 16 oferentes y solo cuatro unidades fueron empadronadas. La intención de la IMM, aprovechando que la convocatoria fue autorizada por la Junta Departamental, es llamar a licitación para asignar ese remanente a taxis convencionales.

La demanda de este servicio también supera a la oferta, sobre todo en días de lluvia y horas de relevo. "Hay una falta, no tenemos cuantificado en qué cantidad", dice la directora de Movilidad, pero justifica que hace solo cuatro meses que están en el cargo y que la prioridad a corto plazo "está puesta en los ómnibus" porque es lo que a más personas afecta.

En cambio Óscar Dourado, presidente de la Gremial Única del Taxi, entiende que decir que el sistema de transporte falla porque no provee los suficientes taxis en ciertas circunstancias "no es correcto". "Es mentira que eso sea una falla. No podés hacer un servicio para días de lluvia, el servicio es para la demanda periódica. Si tuviéramos un servicio solo para días de lluvia, este invierno nos habríamos muerto de hambre porque hubo una sequía terrible", plantea.

Dourado insiste: "Un día de lluvia quizá no haya suficientes bomberos para socorrer a la gente, quizá no alcancen los guinches para los autos que se rompen, pero por eso no podemos decir que en Uruguay no hay bomberos ni guinches".

Un tanto molesto por la situación, por la llegada de Uber y por las decenas de entrevistas concedidas en estos días, el gremialista lanza en referencia a la empresa estadounidense: "Generaron demanda de un servicio que ya está prestado. ¿Somos nabos, que estos vienen y se quedan con nuestro laburo? No es así", advierte (ver más en nota aparte).

Dourado opina: "Tenemos un transporte que viene mejorando hace 20 años, tenemos renovación permanente tanto en tecnología como en los automóviles, tenemos un servicio excelente, y aunque se pueda decir que lo podemos mejorar, eso no implica que el servicio sea malo". Hace una pausa y remata: "Es el mejor en América y es ejemplar en el mundo".

El boleto uruguayo es el más caro de la región 

Antes de tomarse un taxi en Oslo, Noruega, hay que pensarlo dos veces: un trayecto de cinco kilómetros cuesta US$ 32. Es el transporte público más caro del mundo. En Lima, Perú, la situación es la opuesta y el pasajero negocia el precio con el chofer. Montevideo da pelea como una de las tarifas más caras de la región, pero en el ómnibus es donde hace la diferencia. El boleto sale 15 veces más que en Caracas. Y eso que la IMM y el Ministerio de Economía dieron $ 1.230.339.081 de subsidio en 2014. Los boletos para jubilados y estudiantes son lo que más se financiaron. El costo del combustible, el más caro de Sudamérica, podría ser una explicación, pero solo significa el 5,8% del precio del boleto. Los salarios, en cambio, son el 73%. "La Intendencia debería establecer un costo deseable del sistema de transporte, que contemplara el tipo de ómnibus, el recorrido promedio, el gasto en combustible", dijo Beatriz Tabacco, directora de Movilidad de la comuna. "Quiero que la paramétrica no refleje cómo es el costo actual del sistema, sino el funcionamiento deseado".

La novedad que pone en jaque la regulación ya existente

La ecuación es simple: más comodidad, mejor precio y cuidado del medio ambiente. No es una promoción de un supermercado, sino el lema que defienden los usuarios del carpooling, una modalidad de transporte alternativo que es furor en Europa y mal vista en Montevideo.

El carpooling (compartir auto en inglés) consiste en combinar viajes con otras personas. La mayoría de las veces el acuerdo entre conductores y pasajeros incluye el pago de los costos de nafta, mantenimiento y peajes si los hubiera. En otras oportunidades es por puro altruismo y el placer de colaborar. En Uruguay funciona sobre todo en la ruta que une Costa de Oro con el Centro de Montevideo, o bien entre trabajadores de zonas francas.

En el último año la Intendencia capitalina multó a 42 vehículos de pasajeros truchos. Eso sí: a la comuna le es "muy difícil" fiscalizar estas infracciones (son vehículos no regulados, no pagan seguro ni tienen choferes profesionales) porque la modalidad de contacto entre los usuarios es a través de redes sociales y aplicaciones móviles. Y a la hora de una fiscalización, el chofer puede justificar que está "llevando a amigos".

Entre el Consejo de Ministros y la cruzada de la familia del taxi

La llegada de la multinacional Uber a Uruguay causó amplio revuelo tanto a nivel social como político. Tal es así que el tema llegó a ser analizado por el Consejo de Ministros el pasado martes. Allí, con la presencia del presidente en ejercicio, Raúl Sendic, los titulares de las diferentes carteras realizaron un intercambio sobre el asunto, y posteriormente el ministro de Trabajo, Ernesto Murro, dijo: "Estamos trabajando con todas las partes".

En tanto, en la calle la cuestión se vuelve más intensa. "Es un desastre, nos quieren sacar el trabajo. Ya tenemos suficientes cosas con las cuales lidiar como para que ahora venga esta empresa y se quiera quedar con nuestro laburo", afirma Mario, un taxista de 30 años con parada en el Centro.

Mario confía en que Uber finalmente no se instalará en Uruguay, y señala que si bien puede haber aspectos débiles en el actual sistema, no se puede generalizar. "Hay taxis que no están en buenas condiciones, o puede haber algún taxista que maneje mal, pero por eso no podemos decir que todos los taxis son malos", comentó.

En sintonía con el planteo de Mario, en estos días diversos actores salieron a defender el transporte público, principalmente atacando a Uber por considerarla una opción "ilegal", que pone en riesgo el trabajo de miles de personas y que además amenaza la estabilidad del sistema actual.

La Intendencia de Montevideo anunció que recibirá la semana entrante a representantes de la firma estadounidense, pero el intendente Daniel Martínez ya afirmó que Uber puede ser una herramienta que "distorsione" el sistema de transporte. "Si hacés que los taxis dejen de ser rentables, después dejás de tener taxis", opinó.

En tanto, la Intendencia de Canelones fue quizá la institución que salió con mayor dureza contra este sistema. En un comunicado emitido esta semana, la comuna advirtió a los "aspirantes a socios conductores" de Uber que el servicio de transporte de personas y sus respectivas tarifas, en Uruguay está 100% regulado, por lo cual se verán expuestos a la fiscalizaciones correspondientes. "Se aplicarán no solo las multas por la violación de la normativa, sino también el retiro de las chapas de los vehículos".

Entre quienes se podrían denominar como "defensores del statu quo", quien se ha plantado como un soldado de la causa anti-Uber ha sido el presidente de la Gremial Única del Taxi, Oscar Dourado, quien afirmó, en diálogo con El País, que el sistema de transporte uruguayo, especialmente el montevideano, es "ejemplar en América Latina y también en el mundo". El dirigente expresó incluso que ni siquiera "Estados Unidos tiene un transporte de pasajeros tan bueno como el nuestro".

En tanto, para Álvaro Santiago, subgerente general de Cutcsa, Uber "es un touch and go, una satisfacción inmediata". "Cuando el socio conductor (un eufemismo, según el empresario) se enferma, ¿quién le paga? ¿Y quién le paga la jubilación?", preguntó. Santiago planteó: "Cutcsa podría lanzar una línea de autos, pero no concebimos una actividad económica fuera del ámbito formal".

En tanto, Soledad Lago Rodríguez, directora de Comunicación de Uber para el Cono Sur, dijo a El País que el servicio no llega a los países con ánimo de solucionar problemas del transporte público. "En todos los lugares en donde operamos somos una alternativa complementaria a las modalidades de transporte existentes, ya sean públicas o privadas. Incorporamos tecnología de avanzada como elemento clave para aportar en desincentivar el uso del auto particular, lo que se traduce en menor congestión de tránsito y de niveles de contaminación al circular menos autos por la calle", afirmó.

La vocera de Uber comentó que los beneficios del servicio tienen que ver en primer lugar con la seguridad. "Nunca vas a viajar con un extraño. Siempre vas a saber quién va a buscarte, podrás ver su foto, nombre, calificación, modelo de auto, patente y teléfono. El viaje queda registrado en caso de que necesites hacer algún reclamo y el sistema de evaluación asegura que solo recibirás conductores con óptimas calificaciones. Además, todos los socios pasan por un chequeo de antecedentes y tienen sus seguros al día".

Luego, Lago Rodríguez se refirió a la eficiencia: "Solo necesitas tener tu teléfono conectado a internet para pedir un Uber y aspiramos a que siempre tengas uno a cinco minutos de distancia. Además, el socio te va a llevar a donde lo necesites, ya que solo conocerá el destino una vez inicie el viaje".

Buses semidirectos y pago electrónico para agilizar viajes

Probablemente la situación le resulte conocida: usted se despierta con el tiempo justo para llegar al trabajo, corre a la parada, corren los minutos y el ómnibus no pasa. Una vez que logra tomarlo se llena de gente, un niño lo golpea con la mochila, usted pisa a otro pasajero y el guarda grita “al fondo que hay lugar”.

Cada semáforo en rojo es un suplicio y cada parada es la confirmación de que ese día le descontarán parte del sueldo. La velocidad es una de las quejas más frecuentes. De ahí que incorporar ómnibus semidirectos sea una de las soluciones que Cutcsa le planteó a la actual Intendencia, algo que está a estudio. Desde la empresa entienden que la mayoría de las veces “el atraso es problema del tránsito”, y que el 96% de la flota cumple con los horarios establecidos, en un margen de error que va de dos a cuatro minutos.

La Intendencia pretende que para julio de 2016 se generalice el uso de las tarjetas electrónicas. Más allá de disminuir el dinero en efectivo que circula en los ómnibus, las autoridades entienden que servirá para ahorrar tiempo y dar comodidad al pasajero. Para concretarlo, la directora de Movilidad, Beatriz Tabacco, entiende “indispensable aumentar significativamente los puntos de venta (hoy hay solo 40) y cobrarle más caro a quien pague en efectivo”.

El corredor Garzón fue la gran apuesta de la anterior administración para mejorar la circulación de los ómnibus. “Fue una buena idea más allá de los resultados”, opinó Diego Hernández, arquitecto especializado en políticas de transporte público.

En diciembre la comuna pretende inaugurar el intercambiador Belloni, clave para una zona en la cual los ómnibus ahora tienen poca posibilidad de rebasar a los “carritos” que circulan. “Es la oportunidad para una reorganización”, concluyó Tabacco.